La neutropenia febril es una de las complicaciones infecciosas más frecuentes y prácticamente común a todos los pacientes. Sin embargo, el continuo avance de los tratamientos antineoplásicos [terapias target, inmunoterapia, diferentes procedimientos de trasplante de células progenitoras hematopoyéticas (TCPH), etc.] ha determinado que, además, muchos pacientes con cáncer presenten riesgo elevado infecciones severas aún sin neutropenia.